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Africa,
nom de dona
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del món
Altavoz
para el Silencio
Presentación en Barcelona: Consultar Dones
Tapologo,
es un documental filmado en Sudáfrica por las hermanas
Gabriela y Sally Gutiérrez Dewar, es
la primera co-producción hispano-sudafricana, que se
ha estrenado dentro de la programación del Festival de
Málaga, como documental presentado a concurso. TAPOLOGO
también se proyectará en el Festival de Cine Africano
de Tarifa y tambien ah sido visto en el festival de documentales
Documenta
2008 de Madrid.
Fins
al 10 de juny 08
Exposició
de 10 anys treballant per Àfrica
Realitzada pel Projecte ADIA a l'Espai Antoni Miro Peris, de
la Pça Carme Monturiol, 10 (Metro Clot. Linies o Camp
de l'Arpa)
Dilluns a divendres, de 10 a 13.30h i de 16 a 21h. ADIA, Associació
per al Desenvolupament de la Infància d'Africa, va nèixer
ara fa 10 anys i treballa bàsicament a la regió
del Tigray (Etiopia). Dur a terme projectes de nutrició
infantil, suport a dones embaraçades, microcrèdits
i formació, dins el marc de facilitar el desenvolupament
rural. [+ info: 932464691, 936927274, Mail
adia i Adia.org]
Se
mantiene la brecha
digital en el uso de
Tecnologias de Internet
Projecte
"Tapologo" de salut: el paper de les dones
Película
documental de Gabriela & Sally Gutiérrez
Dewar, estrenada al festival de Cine de Màlaga
2008
El
projecte Tapologo s'està desenvolupant en una
provincia de txaboles de l'est de Sudafrica
Les dones de Freedom Park,
un asentament de txaboles a Sudàfrica, s'han convertit en enfermeres
de la seva propia comunitat , i estan transformant la miseria en esperança.
Tapologo ha sigut posat en marxa per la Xarxa de dones infectades
de VIH . Un veritable exemple de resitencia i de solidaritat [+info
a Festival
de Malaga]
El
rechazo persigue a miles de mujeres violadas y a sus hijos
en la República Democrática del Congo
Reportaje
de Carmé Morán (enviada especial a Bruselas) El Pais
En
la República Democrática del Congo a miles de niños
se les llama serpientes; en Ruanda, cucarachas, y en Burundi se les
agrupa bajo el apodo de raza maldita. Todos
tienen en común un triste origen: son hijos de mujeres violadas,
que suman a su desgracia el repudio por haber engendrado estos niños
de la guerra y el odio. Los datos oficiales
cifran en 43.000 las mujeres que sufrieron violencia sexual en la
República Democrática
del Congo entre 2004 y 2006, pero reina el silencio: las víctimas
pueden ser muchas más. Abandonadas por sus maridos y señaladas
por los vecinos, luchan por salir adelante con pequeños trabajos
domésticos y agrícolas mal pagados. Los empleadores
tienen la
excusa perfecta: el salario que abonan no debe servir para alimentar
a una serpiente.
Auspiciadas
por el Partido Socialista Europeo, mujeres de países
afectados por la guerra y las violaciones se han reunido durante
dos días en Bruselas para debatir y dar a conocer sus
reivindicaciones, que podrían resumirse en una: justicia.
Del tipo que sea. Unas preferirán dinero. Otras, restañar
sus heridas con una buena
atención médica. O recuperar la dignidad robada.
O derechos. O un estatus seguro para sus hijos, como el de refugiados
de guerra.
Pero
la justicia tiene sus muros y las mujeres que pelean en la República
Democrática
del Congo pueden describirlos. "No es concebible que los tribunales
internacionales
puedan castigar sólo los delitos cometidos después de
una fecha y los anteriores, no". Tampoco los desmantelados y
mal provistos sistemas de justicia se hacen cargo de estos crímenes.
Algunas mujeres se han asociado para recabar testimonios de las víctimas
que, poco a poco, se han decidido a romper su mutismo.
Las mujeres "sí denuncian". Tatiana Miralles, de
la organización WorldCom - Lola Mora,
lo aseguraba ayer en contra de quienes se escudan en su silencio o
en la ausencia de pruebas. Tanto esta organización como FRIDE
han coorganizado este seminario, que comenzó el martes pasado
en el Parlamento Europeo. Ellos y las ponentes reclamaron un primer
reconocimiento: que las víctimas son armas de guerra a las
que les hacen vivir un horror perfectamente organizado para desarmar
a toda una sociedad. "Estos crímenes no responden a una
motivación sexual de la soldadesca, sino a un objetivo de dominación
bien articulado", reiteraron.
La
necesaria reparación de las victimas
Latinoamericanas,
africanas y anglosajonas debatieron las formas de reparación
de las víctimas, ahogadas por una legislación incompleta
o por su falta de aplicación. "En mi
país hay una ley sobre abusos sexuales, pero no se toman las
medidas para hacerla efectiva. No lo imponen los políticos,
ni los jueces, mal pagados, que acaban haciendo un apaño a
base de dinero", criticó la jurista y periodista Jolly
Kamuntu. Ella y otras mujeres periodistas pusieron en marcha un programa
de radio donde se animaba a las víctimas a denunciar. La iniciativa
tuvo éxito, y sus voces se escuchan en el Parlamento, pero
los logros políticos no son muchos. Y se preguntan aterrorizadas
qué va a ser de toda una generación de niños
que viven rechazados por todos. "Esta situación es una
bomba de relojería", advirtieron.
El aborto no está permitido en la República Democrática
del Congo, y ayer las activistas solicitaron una comisión nacional
o internacional que aborde la situación de las mujeres violadas.
No todo el país vive bajo esa lacra, pero sí la zona
en la que se cebó la guerra. Incluso en el ámbito universitario
las estudiantes tienen que pagar con favores sexuales
el paso de curso. La práctica está mucho más
extendida que el uso y acceso a métodos profilácticos.
La depauperada sanidad, la ineficacia política y un personal
judicial sin
medios ni formación suficientes abonan un terreno ya de por
sí fértil para el desarrollo de falsas creencias y supersticiones
que utilizan a la mujer como un objeto de guerra desde el que aniquilar
a toda una sociedad.
Noticia
localizada por Lidia Vilalta (15 de maig 2008)